Hacienda intensifica inspecciones: pasos clave para empresas
Ante el aumento de inspecciones, las empresas deben conocer los pasos de una revisión fiscal para responder a tiempo y evitar sanciones.

La inspección de Hacienda comienza con una notificación oficial enviada a la empresa, que llega por correo o por la Sede Electrónica de la Agencia Tributaria. En esta notificación se especifican los impuestos y años que serán revisados, y se establece un plazo inicial de 12 meses (que puede extenderse hasta 27 meses en casos complicados).
A partir de este momento, el proceso de inspección se desarrolla en tres pasos clave:
Paso 1: Presentación de documentación:
La empresa tiene 10 días hábiles para presentar toda la documentación solicitada, como facturas y contratos, para demostrar la correcta gestión de sus impuestos. Hacienda puede solicitar reuniones para aclarar algunos puntos.
Paso 2: Resultados y actas :
Cuando finaliza la revisión, Hacienda emite un acta con los resultados:
- Acta de conformidad si la empresa acepta las conclusiones.
- Acta de disconformidad si no está de acuerdo, lo que permite recurrir la decisión.
- Acta de acuerdo si ambas partes llegan a un consenso.
Paso 3: Liquidación y reclamaciones:
Si Hacienda concluye que existe una deuda, se emitirá una liquidación que la empresa debe pagar en 30 días hábiles.
Si la empresa no está conforme, puede recurrir mediante un recurso de reposición o una reclamación ante el Tribunal Económico-Administrativo.
Consejos para las empresas:
Como asesor fiscal, recomiendo encarecidamente contar con apoyo profesional durante una inspección de Hacienda. Esto no solo garantiza que se cumplan todos los plazos establecidos, sino que también ayuda a evitar posibles sanciones.
Tener una comprensión clara del proceso permite a las empresas manejar la situación con confianza y cumplir adecuadamente con sus obligaciones fiscales.
Conclusión:
Las inspecciones de Hacienda, aunque exigentes, siguen un proceso claro y con plazos definidos. Para una empresa, es clave responder a tiempo, organizar la documentación y, si es posible, contar con asesoría fiscal.
Con esta preparación, es posible enfrentar la inspección con tranquilidad y minimizar riesgos, asegurando que la empresa cumpla sus obligaciones sin sorpresas.